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¿Cómo es y a dónde va nuestra basura?

Basura, más basura…por todas partes basura. ¿Sabes cuántos residuos generamos al año los españoles? Una cantidad casi inimaginable: nada menos que 350 millones de toneladas. Un año tras otro…y creciendo. Aunque estamos por encima de la media europea, tampoco es que el resto de los países del continente sean fantásticos ejemplos. En general, Europa, al igual que el resto de las zonas de países industrializados, es una de las partes del mundo donde más residuos se genera (nos ganan y por goleada los estadounidenses).
El contrasentido es que en un mundo limitado no es posible un crecimiento ilimitado. La generación de residuos es un buen indicador de la cantidad de materia, agua y energía que usamos en nuestro esquema socio-económico. La sobrepresión ejercida por la actividad humana en la biosfera, reconocida por la comunidad científica y organismos como Naciones Unidas, trae consecuencias irreversibles y altamente peligrosas.
Aunque el cambio climático y sus alteraciones geofísicas (por ejemplo en los ciclos de lluvias, el nivel del mar y su acidificación, el incremento de inundaciones, mayores períodos de sequía, etc.) son el aspecto más conocido y debatido de este crecimiento ilimitado sobre un escenario finito, lo cierto es que existen otros aspectos igualmente preocupantes. Y la generación de residuos como resultado de un sistema de consumo desaforado es uno de ellos.
A pesar de que la conocida filosofía de las tres “R” (reducir, reciclar y reutilizar) tiene ya varias décadas, seguimos sin ser conscientes de la cantidad de materia y energía que desperdiciamos cuando tiramos la mayoría de nuestros residuos al vertedero. Por explicarlo de una manera gráfica, la naturaleza nos enseña que el ciclo de uso de la materia y la energía es circular: todo se aprovecha y lo que es residuo para unos es alimento o nutriente para otros. Así, nada se pierde y todo regresa al punto de origen. Por el contrario, nuestro sistema económico y de consumo es de ciclo abierto: extraemos materia, la transformamos, la comercializamos, la consumimos y la tiramos a un vertedero donde se pierde por completo. Agotamos los recursos sn cerrar el ciclo.
Vayamos a los números, a las cifras. Ya hemos dicho que en España se generan 350 millones de toneladas de basura al año. Pero la mayoría no salen de nuestra actividad directa y cotidiana. Más bien son producto de la actividad económica e industrial, que al fin y al cabo es lo que nos provee a todos de alimento, ropa, coches, casas, teléfonos móviles…
De estos 350 millones de toneladas, el 26% son residuos mineros, el 29% residuos ganaderos y el 16% residuos industriales. Hay un 13% de residuos agrícolas, un 6% de residuos forestales y un 4% de lodos de depuradoras de agua. Tan sólo el 6% son los llamados residuos sólidos urbanos (RSU), aquellos que generamos nosotros directamente en la vida cotidiana. Es decir los residuos urbanos son 21 millones de toneladas.
Pero ¿de dónde salen estos 21 millones de toneladas? ¡21 millones cada año! ¡Cerca de 535 kilos/habitante/año!
Pues bien, la mayoría, el 37%, es materia orgánica (básicamente restos de comida), mientras que el 13% está formado por plásticos industriales, metales y otros materiales. Un 19% son los envases comerciales, el 7% representan los envases de vidrio y el 8% los envases llamados domésticos (latas, briks, botellas de plástico…). Estos últimos son los que solemos depositar en el contenedor amarillo. Finalmente, el 3% es de madera y escombros, el 6% de prendas textiles y el 4% de celulosa (cierra la cifra un 3% de materiales inclasificables).
Y ¿cómo estamos de reciclaje? Pues no vamos mal, aunque tenemos que mejorar mucho. Para hacernos una idea, durante 2012 se recuperaron y reciclaron el 70,3% de los envases domésticos (si os acordáis, eran aquellos que representaban el 8% de los RSU). Esto quiere decir que se reciclaron siete de cada diez envases que compramos y utilizamos (algo más de 1,2 millones de toneladas). No está mal, teniendo en cuenta que la Unión Europea nos obliga a llegar a una cifra del 50%. Vamos, que España ya la ha superado con creces. La misma tendencia se puede decir del vidrio (el que depositamos en el contenedor verde), pues en 2012 se llegaron a reciclar casi 800.000 toneladas.
Otros sistemas de reciclaje que funcionan en nuestras ciudades son Ecolec (ha reciclado 65.000 toneladas de aparatos eléctricos y electrónicos en 2012), Sigre (recoge en las farmacias medicamentos caducados), Recyclia (recoge teléfonos móviles, equipos ofimáticos, pilas, etc.) y Aspapel (encargado del reciclaje de papel y cartón)
A pesar de todo, y aunque también hay algunas experiencias en biocompostaje, la cruda realidad es que la mayoría de nuestros residuos acaban en vertederos donde terminan su vida útil. Todo un desperdicio. Tampoco tenemos que olvidar las otras dos “R”, tan importante como la de reciclar, porque reducir y reutilizar es el principio de un cambio de actitud social imprescindible si queremos superar la crisis ambiental.
En próximos artículos os contaremos qué significa el reciclaje en ahorro de agua, energía y emisiones de C02, y quién interviene y paga todo el circuito del reciclaje (por ejemplo los contenedores amarillos, verdes y azules).
Carlos Martí
Director de la Revista Ciudad Sostenible