Fallen vivía en la calle. Un muchacho se encargaba de ella, le llevaba comida, le construyó un refugio de madera y se preocupaba de cuidarla. Fallen se sentía protegida y decidió tener allí dentro a sus bebés, hasta que de repente un día, como un tsunami, una ola gigante se llevó toda su vida... cuando el muchacho fue a verles, tan solo encontró un amasijo de tablas amontonadas en el suelo y a Fallen corriendo desesperada de un lado a otro buscando a sus cachorros. No pudimos encontrarlos, no sabemos qué fue de ellos, ni quien lo hizo, solo pudimos salvarla a ella y traerla a nuestro albergue. Con nosotros ya no corre peligro, pero vive escondida y sumida en una enorme tristeza. Su corazón late muerto desde aquel día y necesita cuanto antes una familia que le dé un hogar y le devuelva las ganas de vivir.

Todos los gatos de Proa se entregan vacunados, desparasitados, esterilizados, con chip y con contrato de adopción. Solo en Madrid